¿Qué cambios en la política migratoria de los EE.UU. se pueden anticipar en el nuevo gobierno de Trump?
En base a las declaraciones hechas por Donald Trump durante su campaña electoral, se prevé que habrá un enfoque inmediato en la deportación de individuos que están en los Estados Unidos sin estatus válido.
Además, durante su primera administración, Trump prohibió la entrada en el país a personas procedentes de Somalia, Irán, Libia, Siria, Yemen, Chad, Tanzania, Irak, Corea del Norte y Venezuela. Bajo un segundo mandato de Trump, se prevé que puedan restablecerse prohibiciones basadas en nacionalidad. También se anticipan medidas coercitivas más estrictas dentro del país, como redadas en sitios de trabajo. Otros grupos que podrán sentir u impacto significativo son personas que solicitan asilo y protección como refugiados en el país, ya que Trump ha indicado que restringirá estos programas.
En términos más generales, a mediano plazo es posible que la política de inmigración de los EE.UU. se incline hacia un sistema de inmigración basado en mérito. Este tipo de sistema beneficiaría a los inmigrantes con potencial para contribuir a la economía estadounidense, en contraste con el sistema actual, diseñado principalmente para favorecer la unificación familiar y objetivos humanitarios.
Similar al sistema Canadiense, que está basado en un sistema de puntos, un sistema de inmigración basado en mérito le daría prioridad a inmigrantes en función de su educación, experiencia profesional y habilidades. Trump ha declarado anteriormente que este tipo de política migratoria ayudaría a atraer a los mejores y más brillantes del mundo, que a su vez impulsarían la innovación, la competitividad y el crecimiento en los Estados Unidos.
En base a estas declaraciones, cabe esperar que los establecidos programas de visas para profesionales, inversores y otros -como las visas EB-1A, EB-2 NIW, EB-5 y E-2, seguirán recibiendo el apoyo de la nueva administración de Trump.
Con respecto a la industria, los sectores que probablemente se beneficiarían de un sistema migratorio basado en mérito incluyen la seguridad nacional, la ingeniería, la sanidad, la tecnología, las infraestructuras, las finanzas y la educación, entre otros. En contraste, las industrias que dependen de trabajadores extranjeros con niveles educativos y de cualificación posiblemente menores, como la agricultura y la hostelería, podrán enfrentarse a algunos desafíos.
En resumen, una segunda presidencia de Donald Trump presenta tanto retos como oportunidades. La nueva administración traerá incertidumbre para personas que se encuentran en los Estados Unidos sin estatus legal, así como para aquellos que se encuentran fuera de los Estados Unidos buscando protección humanitaria dentro del país. Por otro lado, tomando en cuenta las preferencias indicadas por el presidente electo Trump, aquellos que buscan entrar en el país a través de programas de visas establecidos, y en particular aquellos individuos que pueden efectuar contribuciones económicas, sociales e intelectuales a los Estados Unidos, deben esperar encontrar un ambiente de bienvenida bajo el segundo mandato de Trump.